LA VIRGEN Y EL CIEGO
Caminaba la Virgen
pura, de Egipto para Belén; y en medio del camino pidió en niño se beber.
-No pidas agua, mi
vida; no pidas agua, mi bien, que los ríos vienen turbios y los arroyos también
y las fuentes se secaron y ya no pueden correr.
Más arriba, en
aquel alto hay un dulce “naranjal” cargadito de naranjas, que otros no pueden
tener. El viejo que las guardaba es un ciego que no ve.
-Deme, ciego, una
naranja. Para al niño entretener.
-entre Ud. Señora y
coja las que hubiere menester.
La Virgen como era
virgen no cogió más que tres; el Niño como era niño so cesaba de coger. Por una
que coge el Niño Cien vuelven a florecer, camina la virgen pura el ciego
comienza a ver.
-¿Quién sería esa
Señora, que me hizo tanto bien, que me dio luz a los ojos y en el corazón también?
Era la virgen María de va de Egipto a Belén.
(Anónimo)
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