LA CABRA Y LA VID
Cierta cabra montesa que astutos cazadores perseguían buscando desolada
algún refugio entrose en una viña, donde, debajo de sus anchos pompones la vid
frondosa la oculto benignamente y así burlo de pronto a los que diestros
seguíanle la pista.
Cuando
la cabra se creyó segura, comenzó a devorar las hojas mismas que con tanta
bondad dieronle amparo para salvar su vida.
Mas luego, un
cazador que rezagado apareció en su vía, oyó el rumor y con certera mano,
abriole el pecho con mortal herida.
-“nadie
olvide mi historia”, la triste cabra, al expirar decía: “la ingratitud, es
vicio aborrecible, que el cielo en mi castigo”
F.J. Sales
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